Dirigida por
François Ozon
¿De qué va?
Dos
amigas, unidas desde la infancia, se casan y una tiene una niña. Al poco
tiempo, la reciente madre enferma gravemente y le hace prometer a su amiga que
cuidará del bebé y de su marido. Tras la dramática muerte, la amiga decide ir a
visitar al padre y a la pequeña, pero le espera una sorpresa un tanto
surrealista.
Crítica
Lo
nuevo de Ozon es uno de esos films cómplices y juguetones tan llenos de sorpresas
y giros interesantes que “perjudica
seriamente el visionado de la película” conocer hasta el más pequeño
detalle sobre su argumento. ¿Cómo hablar, entonces, sobre un film en el que
cualquier comentario es un spoiler?
Diremos
con la boca pequeña, entonces, que aunque se aprecian ecos de directores
conocidos en su planteamiento (no se puede decir cuáles), hay un fuerte
elemento novedoso y mucha frescura en esta nueva amiga, tanta que atrapa
instantáneamente desde su magnífico prologo (sin palabras y a lo Up)
haciendo que sus 105 minutos pasen en un suspiro.
El
interesante (e irregular) François Ozon sigue siendo fiel a sus temas
favoritos. Haciendo gala de su espíritu transgresor, una vez más, explora
ciertos fantasmas, prejuicios y contradicciones de la burguesía francesa,
además de los límites de algunos prejuicios relativos a la sexualidad humana.
Y, en esta ocasión, lo hace de forma aparentemente ligera, mezclando tonos y
géneros en lo que resulta una genialidad para unos y una torpeza desquiciante
para otros.
Y
es que nada en esta Une nouvelle amie es lo que parece. Ozon parece estar pidiendo
al espectador batirse con él en un pulso de sinsentidos u oxímoron conceptuales,
retándole a un más difícil todavía contínuo. Sin embargo, a pesar de su apariencia
folletinesca y desquiciada, el film posee una base mucho más compleja y
profunda de lo que parece (l@s que tuvimos la suerte de verla en el Zinemaldi,
admitimos que ha ido creciendo en matices y lecturas en el recuerdo).
Pero
la responsabilidad de que tan potente material resulte creíble recae en sus
protagonistas, una genial y bella Anaïs Demoustier y un Romain Duris tan
perfecto en su papel que tras este film es capaz de convencernos de que puede
interpretar cualquier cosa. Fresca, barroca, inclasificable, amarga, divertida,
Une
nouvelle amie tiene, en última instancia, una clara vocación de cruzar
fronteras y ya solo por eso resulta difícil resistirse a ella. ¿Drama, comedia
o musical? Todo eso… y algo más. Ed Wood la adoraría y hasta ahí podemos leer…
La
anécdota festivalera
El
propio Ozon confesó, tras la aguda pregunta de un periodista durante la rueda de prensa, que el repulsivo
(y muy caracterizado) personaje que aparece en una de las escenas más
divertidas del film, era él. Al parecer, rodaron la misma escena con un
profesional, pero, por algún motivo, en la “versión ozoniana” Romain Duris
actuaba mejor.
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