29 April 2012

Los juegos del hambre: ¿primer plato completo o Mc Menú?



Hay dos formas de degustar Los juegos del hambre. La primera es equipararla a una ración de comida rápida y, la segunda, compararla al primer plato de un menú completo. Como Mc Menú resulta más que satisfactorio; como primer plato de tenedor o cuchara, sin embargo, no sacia el paladar.




Mc Menú
La primera adaptación de la exitosísima trilogía de Suzanne Collins es una propuesta más atractiva y satisfactoria que la media de sus características que llegan a nuestras pantallas. A pesar de que se nos presente un futuro distópico que tiene por lema el refritado “que la suerte esté siempre de vuestro lado” (hay que alegar, en su favor, que es muy difícil resultar original en un género como este), entretiene, emociona, tiene buen ritmo, no se hace pesada o aburrida a pesar de su extensa duración, su música es resultona y sus protagonistas resultan todo un acierto de casting.



Los Juegos del hambre es una película de emoción, no de estómago o cabeza. Es en su capacidad para transmitir emociones donde reside su mayor baza. Esto se debe, en gran parte, a esa más que prometedora actriz que ya es Jennifer Lawrence, una mujer que llena la pantalla y consigue cogernos mansamente de la mano hasta llevarnos donde le de la gana. Y es que Katniss Everdeen es una heroína con mayúsculas. Actúa, siente y razona admirablemente sin resultar testosterónea (¡por fin!). Es una gozada ver a una mujer de estas características como epicentro de la acción en un género en el que los mesías absolutos, suelen ser ellos (Matrix, 1984, Farenheit 451, Equilibrium, Gattaca, Blade Runner… ¿hacen falta más ejemplos?). No es de extrañar que la mitad de las adolescentes del mundo estén locas con ella. De mayor, yo también quiero ser como Katniss.



Primer plato con cuchara y/o tenedor

Si, al acabar la proyección, buscamos esa consistencia, ese poso que, indudablemente, tiene cualquier película notable, con Los juegos del hambre, no lo encontramos. Resulta fácil olvidarse de ella y ocupar la mente en otras cosas a los pocos minutos de su visionado. Da la sensación de que estos juegos hambrunos han sido víctima del efecto compresión que padecen muchas novelas al adaptarse a la gran pantalla (es inevitable preguntarse, una vez más, sino sería más apropiado convertir estas grandes sagas en series que les hagan justicia, como ha hecho sabiamente Juego de tronos).



Es una pena. Esta atractiva propuesta tenía todos los ingredientes para ser una buena película y se ha quedado en digna, simplemente. Y no es sólo por la dirección, a ratos desconcertantemente histérica y convulsa de Gary Ross (si lo que quería era mostrar los estados emocionales de Katniss, solo tenía que enfocar el rostro de Lawrence en lugar de marear tanto al espectador), sino porque el retrato de esa sociedad futurista dividida en 13 distritos resulta incompleto y quedan demasiados cabos sueltos o detalles por explicar que hacen difícil implicarse en la trama. Otras pinceladas, por el contrario, resultan de trazo demasiado grueso y rozan lo ridículo o absurdo, como esa distinción estética entre “mundo rico-mundo pobre” que divide a sus integrantes entre modestos miembros de la familia Ingles y replicantes con complejo de Lady Gaga.


Tampoco el elenco de personajes, a excepción de su gran protagonista, pasan del esbozo o de la caricatura y el nexo entre ellos no está todo lo aprovechado que debería. Quedan poco perfiladas, por ejemplo, la relación de Katniss con su madre o con su mejor amigo y todos los personajes secundarios, desde su equipo de ayudantes hasta el resto de los tributos, no pasan de las cuatro pinceladas.  


Otro elemento que chirría es la falta de crudeza, ferocidad y violencia en la parte de los juegos. Se percibe la angustia y el miedo de Katniss, pero la horrenda “carnicería” que la situación requería no está a la altura y resulta algo descafeinada. No se trataba de ir por el camino gore de Battle Royale, sino de transmitir el terror y la violencia de una situación de ese calibre. Aunque, posiblemente, sea su calificación para todos los públicos lo que ha restado enteros a la trama, es una lástima que ninguno de los tributos profesionales estén a la altura de la protagonista, ni en habilidades ni en carisma.


Expuestas las dos opciones culinarias, que cada uno escoja o picotee entre ellas. Yo, si me lo permitís, quiero terminar esta crítica con una serie de preguntas sin contestar que me surgieron durante el metraje y que espero que algún Sherlock, fan y/o lector de la trilogía pueda contestarme:


1-   ¿Qué peluca es más cantosa: la de Stanley Tucci o la de Woody Harrelson?

2-   ¿Por qué siempre tiene que matar o despellejar ardillas en sus películas Jennifer Lawrence?

3-   ¿Cuánto tardará en afeitarse Wes Bentley por las mañanas?

4-   ¿Alcanzó Josh Hutcherson la cima de su sex-appeal en Un puente hasta Terrabithia?




 5-   ¿Será un fallo de raccord que Lenny Kravitz lleve 3 pendientes en la oreja y luego solo 2; y por qué es él (su estilista) y no su consejero quien la acompaña en los últimos minutos antes del dichoso juego? ¿tan importante es la estética?
6-   ¿Lo que se zampa Harrelson en varias escenas será crudi-vegano como él?
7-   ¿Por qué los miembros de los distritos 11 y 12 están todos tan bien alimentados o directamente hermosos, cuando en teoría pasan hambre?
8- ¿Nadie más se ha imaginado un cruce entre Los juegos del hambre y el método Grönholm? Think about it: Un grupo de jovenes sin paro son encerrados durante una entrevista de trabajo con el objetivo de que se maten entre ellos y sólo uno obtenga el empleo. ¿Demasiado doloroso y crudo, perhaps?



¡Que la suerte nos acompañe y la fuerza esté siempre de nuestro lado!

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09 April 2012

¿Cuándo las princesas se fortalecen los príncipes se amendrugan?



Los tiempos cambian demasiado despacio, pero cambian, y ellas (nosotras), el target al que mayoritariamente van dirigidas las actualizaciones de los cuentos, no quieren ver princesas pasivas y lánguidas que acaban siendo siempre rescatadas de sus miserias y problemas por otros. Quieren ser heroínas, rescatar y rescatarse, y la industria, obviously, se ha adaptado a sus demandas.

Si nos fijamos en los últimos cuentos actualizados en los que las protagonistas absolutas son ellas, desde Cenicienta, hasta esta nueva Blancanieves, pasando por las últimas princesas Disney, encontramos, casi siempre, personajes femeninos fuertes, valientes e inteligentes sobre los que gira la acción, pero que, al mismo tiempo, llevan de la mano a un príncipe soso, torpón, normalmente fanfarrón e inmaduro, aunque, eso si, casi siempre de muy buen ver.

 


La Cenicienta de Por siempre jamás, es una chica valiente, inquieta y sensible, con una enorme conciencia social y tan culta que tiene por (ligera) lectura de cabecera la Utopia de Thomas More (¡ahí es ná!). El príncipe, sin embargo, es un ni-ni inmaduro y marcapaquete que no ha abierto un libro en su vida y al que sus papás habrían mandado sin dudar a Príncipe busca esposa de haber existido los realities en la época de los Grimm.




El príncipe de la cursi pero finalmente madura Giselle de Encantada, es un inocente bravucón que, aunque tiene algún gesto noble al final del cuento, no es más que un Peter Pan que, incapaz de espabilar y adaptarse al mundo real, prefiere volver al cartón-piedra de los cuentos acompañado de otra lela que, como él, crea en la felicidad eterna.

 


El apolíneo Armie Hammer en Mirror, Mirror aún va más allá que los príncipes anteriores. No sólo es torpón, cabecihueco y algo fantasma, sino que además de presumir insistentemente de pectorales, cae cándidamente en un hechizo tan predecible y humillante, que dan ganas de darle dos leches en su atractiva (aunque empalagosa) cara.




Si nos trasladamos a lo cuentos en los que no hay príncipes ni princesas pero todos actúan como si lo fueran, el panorama no mejora ni un ápice. Disney nos sigue dando múltiples y tristérrimos ejemplos: ni el descafeinado John Smith de Pocahontas, ni el guerrero sin estrategia de Mulan están a la altura de sus valientes enamoradas. Otro ejemplo sangrante, dando el salto fuera de la animación, lo encontramos en el leñador de la desafortunada versión de Caperucita. Lo más destacado de su personaje, es la duda que su rutina capilar suscita en el espectador: ¿cómo diantres conseguía ese efecto gomina en plena Edad Media?

Ante ejemplos como estos, un@ no puede evitar plantearse si sólo Jane Austen y las Bronte sisters eran capaces de crear personajes masculinos potentes. Y es que, si ellas son tan guapas, tan multimedia y tan listas, ¿qué atractivo irresistible ven en estos pastelitos a medio hacer? ¿les va el rollo profesora-alumno o es que acaso sólo les enamora un físico potente?




La tendencia en la fábrica de sueños resulta más que preocupante. Parece haber una relación inversamente proporcional entre el carácter y garra de ellas y la insipidez y mendruguez de ellos. ¿Es esto lo que queremos realmente: toy boys para cuarenteñas de buen ver y chicos florero? ¿no estarán siendo víctimas los príncipes de las mismas mutilaciones de carácter y recursos que siempre sufrieron ellas? Por una vez, me gustaría ver una pareja de héroes, o séase, un príncipe fuerte del brazo de una princesa igualmente fuerte, bien sea en una parodia o en una nueva actualización de un cuento clásico. Jolibú, ¿es demasiado pedir o es que acaso ambas cosas resultan incompatibles?

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05 April 2012

La rescatadora de frases: Beginners



Oliver: [narrating] My parents got married in 1955, they had a child and they stayed married for 44 years, until my mother died. Six months later my father told me he was gay. I remember him wearing a purple sweater when he told me this, but actually he wore a robe. 

Oliver: Mis padres se casaron en 1955, tuvieron un hijo y siguieron casados durante 44 años hasta que mi madre murió. Seis meses más tarde, mi padre me dijo que era gay. Recuerdo que llevaba un jersey morado cuando me lo contó, pero, en realidad, llevaba una bata.




Oliver:[showing Arthur the apartment] This is the bathroom, this is the living room, this is dining room, where people come and eat some times.




Anna: You can ask me anything you want.
Oliver: Anything? What's there?
Anna: That's a tree. And Cars. Another building like this one. People in the building like us, half of them think it's never going to work out, the other half believe in magic. It's like a war between them.

Anna: puedes preguntarme lo que quieras
Oliver: ¿lo que quiera? ¿qué es eso de ahí?
Anna: eso es un árbol. Y coches. Otro edificio como este con personas dentro. La mitad de la gente cree que todo va a salir mal. La otra cree en la magia. Y hay una guerra entre ellos.

 


First couple to marry for wrong reasons.
Oliver's drawing




Oliver: [Talking to Arthur the dog] Look it is lonely out here so you better learn how to talk with me.
[Arthut talking telepathically] While I understand up to 150 words - I don't talk.

 


Anna: But now I'm always in a new apartment or in another hotel somewhere.
Oliver: How do you keep hold of friends? Or boyfriends?
Anna: Makes it very easy to end up alone. To leave people.
Oliver: You can stay in the same place and still find ways to leave people.




No fuimos a esta Guerra. No tuvimos que escondernos para tener sexo. Nuestra buena suerte nos permitió sentir una tristeza que nuestros padres no pudieron sentir y una felicidad que nunca vi en ellos.




Oliver: Someone flashy walks into your life and you're just gonna fall for it.
Arthur: are we married yet?
Oliver: No, it doesn't work like that, there are other steps complicated.




Oliver: This is what it looks like when she cries. When she tells me there's always a new empty room waiting for her. They used to make her feel free. Now they make her feel the opposite of free.

Oliver (sobre Anna): Este es el aspecto que tiene cuando llora, cuando me dice que siempre hay una habitación vacía esperándola. Solían hacerle sentir libre. Ahora le hacen sentir lo contrario.

 


Anna: You've lost so much. What if I can't make up for that?

Anna: Has perdido mucho... ¿y si no puedo compensarte por ello?




Anna: Why do you leave everyone? Why did you let me go?
Oliver: Maybe because I don't really believe that it's going to work and then I make sure that it doesn't work."




Hal: Well, let's say that since you were little, you always dreamed of getting a lion. And you wait, and you wait, and you wait, and you wait but the lion doesn't come. And along comes a giraffe. You can be alone, or you can be with the giraffe.
Oliver: I'd wait for the lion.
Hal: That's why I worry about you.

Hal: bueno, digamos que desde que eras niño siempre has soñado con tener un león. Y esperas, y esperas, y esperas, y esperas, pero el león no aparece. Entonces, llega una jirafa. Puedes estar solo o puedes estar con la jirafa.
Oliver: yo esperaría al león.
Hal: eso es lo que me preocupa.




¿Ocurre de repente? Requiere mucho tiempo. Normalmente, para cuando eres real, la mayoría de tu pelo se ha caído, se te han salido los ojos y se te aflojan las articulaciones. Pero estas cosas no importan en absoluto porque eres real. No puedes ser feo, excepto para la gente que no lo entiende.



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