La
temporada premiable yankee ha terminado, ninguneando, incomprensiblemente,
algunas de las mejores películas que hemos visto en lo que va de 2015 en favor
de otras cintas bastante más cuestionables (o directamente mediocres). Resulta
dolorosamente injusto que Foxcatcher y, sobre todo, la estupenda Nightcrawler
no hayan recibido más reconocimiento (¿cuántas personas las conocen y/o
las han visto?). La tercera película de J.C. Chandor, nos confirma,
tristemente, que aún caben algunos títulos en esa lista.
Ambientada
en el New York de 1981, el año el que todo parecía posible y los fanfarrones
triunfadores reaganescos “coexistían” con los florecientes gangsters, los
índices de criminalidad alcanzaron una cota que ningún otro año del siglo
conseguiría superar. Sin embargo, A most violent year en ningún
momento nos muestra esa violencia explícita y descarnada que suele abundar en
films del mismo género. Lo suyo es una violencia soterrada, sutil,
implosionada.
J.C.Chandor
nos cuenta la historia de un self-made man latino (Oscar Isaac bordando otro
papelón y convirtiéndose, poco a poco, en uno de los mejores actores de su
generación), un empresario honesto que quiere seguir siéndolo. Sin embargo, está
jugando a un nivel en el que, para triunfar, ya no puede elegir las reglas. A su
mujer, y contrapunto perfecto, sin embargo, no le tiembla el pulso adentrarse
en la moralidad gris. Ya resultaría estimulante (y esperanzador) encontrar una
esposa cinematográfica que tenga entidad propia en lugar de limitarse a definir
y ampliar el arco dramático de su partenaire masculino (a años luz del
personaje de Sienna Miller en El francotirador, por poner un
ejemplo reciente), pero es que esa freak
of nature que es Jessica Chastain lo convierte, directamente, en el
personaje más complejo y fascinante de la cinta.
Una
atmósfera tensa, viciada y opresiva, fotografiada
en tonos beige, envuelve esta crónica de la degradación moral que se ve con esa
inquietud y malrollismo de las tragedias, en las que el bad ending resulta
inevitable. ¿Es Lumet? ¿Es Coppola? Nope, es J.C. Chandor. Muy recomendable.
Desearía olvidar: La escena del ciervo; la falta de
definición de los personajes secundarios; ciertos déjà vu; el peinado "viejunil" de Oscar Isaac.
Guardo en mi baúl
cinéfilo: la
confirmación de Oscar Isaac como uno de mis actores favoritos; el aterrador
carnivorismo de Jessica Chastain; la química entre sus dos protagonistas; su
elegancia; su sutileza; la escena de la persecución; lo tristemente
extrapolable que resulta a nuestros días; el precioso cartel.
Test de Bechdel: Suspendido.
Especismómetro: 60/100
La frase: "When it
feels scary to jump, that is exactly when you jump, otherwise you end up
staying in the same place your whole life, and that I can't do".
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