Nic
(Brenton Thwaites), Haley (Olivia Cooke) y Jonah (Beau Knapp) son tres
estudiantes del MIT (“Massachusetts Institute of Technology”) que emprenden
juntos un viaje en coche a California para llevar a Haley, la novia de Nic, a
su nuevo lugar de residencia. En mitad
del trayecto deciden dar un rodeo para localizar a un genio informático que ya
ha conseguido colarse en los sistemas del MIT y sacar a la luz fallos de seguridad.
Los jóvenes han despertado la curiosidad del misterioso hacker y viceversa,
pero al ponerse en contacto, de repente, todo se oscurece.
El
segundo largo del joven director William Eubank comienza como una road movie
indie con toques románticos, pasa directamente al terror y continua con el
thriller claustrofóbico hasta desembocar en una mezcla de película de acción +
super hero movie. Mucho más satisfactoria en su primera parte que en su
desenlace, esta especial ensalada de géneros convierte su visionado en una
experiencia atractiva y desquiciante a partes iguales.
Hay
frescura en The Signal, una capacidad notable para crear climas emocionales
y un talento visual innegable (impecable la composición de planos). Contando con
un presupuesto de menos de $4.000.000 (muy austero para producciones de este
tipo), sorprende su impecable diseño de producción y sus potentes efectos
especiales (premiados merecidamente en el festival de Sitges).
Su
gran “pero”, lo que causa “intermitencias” es la sucesión de incoherencias y
deus ex machina al más puro estilo Lost en su nudo y desenlace. Parece que el director, en
un intento de noquear emocional y visualmente al espectador, reconduce todo el
film con la intención de crear un final impactante (aunque algo forzado) y se
olvida un poco, no sólo de la coherencia narrativa, sino de cohesionar bien todas
sus piezas.
Al
final del (hasta cierto punto predecible) film, un@ tiene la frustrante
sensación de déjà vu, de haber sido testigo de un espectacular y sofisticado
camelo. Sin embargo, The
Signal es un film del que resulta imposible olvidarse. El rompecabezas
sigue completándose inconscientemente en tu cabeza y el paso de las horas y los
días, consigue que hagan figura sus puntos positivos de tal forma que,
finalmente, su clima emocional y su atractivo visual, ganen la partida.
Seguiremos atentos a las próximas señales de Mr Eubank… aunque nos lleguen con
intermitencias.
Desearía
olvidar: La frustración y confusión de su segunda mitad; la escena de la vaca;
ver, una vez más, a Laurence Fishburne tan encasillado; la falta de desarrollo
de personajes (y, especialmente, la pasividad del personaje femenino).
Guardo
en mi cajón cinéfilo: El potencial talento de su director; sus impactante
escenas; sus notables intérpretes (especialmente Olivia Cooke y el muy prometedor Brenton Thwaites); el hecho
de que nos lleguen buenos films independientes de este género.
Test de Bechdel:
Suspendido.
Especismómetro:
5/10 (Ese experimento vacuno, ay…).
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