1- Kingsman
es uno de los mejores ejemplos de que el cine de entretenimiento o escapista no
necesariamente implica un mal guión, chapuceros déjà vu, y/o insultar continuamente
la inteligencia del espectador. El simpático film no sólo resulta sanamente entretenido
y divertido a lo largo de todo su metraje, sino que ha contribuido a dignificar
el denostado género blockbuster.
2- Colin
Firth justifica, por sí sólo, el precio de la entrada. Encarnación perfecta de
la clase y distinción puramente British, y con un porte y físico envidiables,
Mr Firth se había guardado en su almidonada manga un as que no nos había
mostrado hasta la fecha: el de héroe de acción o repartidor de plumcakes. El elegante
británico no sólo ha logrado reciclarse a sus 54 años, sino que ha pasado la
prueba with flying colors. God bless him!
3-
“Esta no es de esa clase de películas” es
una de las frases que más se repiten a lo largo de todo el metraje y el
espectador recibe muchos ejemplos que efectivamente lo confirman. Kingsman es tan
enérgica, fresca, ultraviolenta, gamberra y paródica que prácticamente no deja
títere del género espías con cabeza (haciendo las delicias, especialmente, de
los fans de las películas de espionaje clásicas) y le añade unas agradecidas
gotas de humor y de sutil crítica social. Ladies & gentlemen, James Bond ha
sido oficialmente homenajeado y reformulado, al mismo tiempo.
4- Ni
los tópicos y planos personajes ni la previsibilidad de la trama consiguen que
nos aburramos o decepcionemos en prácticamente ningún momento. A ello
contribuye, en gran parte, un inspirado casting en el que todos sus actores
encajan a la perfección. Mención especial para el super carismático “Zamuel
L.Jackzon”, el sobrio y elegante Mark Strong y el prometedor Taron Egerton.
5-
Hay
una escena del film que está destinada a pasar a la posteridad por su
ultraviolencia, espectacularidad e inteligente planificación (pongamos que hablo
de una iglesia), sin embargo, aunque menos sangrientas y tarantinianas, bien
merecen el mismo reconocimiento la genial clase de etiqueta en el pub del
kingsman más kingsman ever (oséase Colin Firth) y la adrenalínica prueba del paracaídas.
6- Aunque
no caiga en la bochornosa (y asquerosa) misoginia de las clásicas pelis del
género, el film deja muy claro que no tiene ninguna intención de que el Kingsman
de su título se escriba en genérico. Puede que su ritmo frenético y algunos
elementos de la trama nos despisten, pero la de Matthew Vaughn es una película
hecha para que ellos y no ellas se luzcan y sean los absolutos protagonistas. [Spoiler]
Si repasamos a las mujeres que aparecen tenemos: una viuda depresiva muy White trash
que es incapaz de superar la muerte de su marido, ser autosuficiente o no
depender de un hombre; una villana muy letal y muy badass que pasará a la
historia como “la cuchillas” (y a la que en ningún momento llegamos a conocer);
una aspirante a Kingsman que no sólo nunca nos demuestra porqué es apta para el
puesto, sino que acaba siendo rescatada, cual damisela en apuros en casi todas
sus escenas (para más inri, en la clave escena final, la mandan lejos, muy
lejos); y una princesa muy rubia y muy nórdica que
pasa de ser una mujer con principios a un frutón verbenero en 3’2 segundos.
7- La
recuperación del galáctico Mark Hamill meses antes de que vuelva a reencarnar
al personaje que lo catapultó y encasilló para siempre. ¿Resulta una alegría o
un toque de agria nostalgia comprobar cuánto ha pasado el tiempo?
Desearía
olvidar: Su imperdonable sexismo; la escena de la hamburguesa; sus continuos
derroches de violencia; el demasiado sutil toque de denuncia social; tener que
verla doblada; que no haya versión femenina de sus letales gadgets; la
vergonzosa escena del “polvo real”.
Guardo
en mi baúl cinéfilo: A Colin Firth; ciertos toques de humor; algunos de sus
diálogos; el sanísimo feeling de escapismo durante 2 horas.
Test de
Bechdel: Suspendidísimo.
Especismómetro:
Alto. [Spoiler] No tiene ningún sentido
que los Kingsmen valoren la lealtad por encima de todo y posteriormente pidan a
sus potenciales agentes que se carguen a su compañero más fiel. ¿A que nunca les
pedirían que atentaran contra otro ser humano? Otro triste ejemplo de especismo
asqueroso.
Las
frases:
“Manners maketh man”.
“There is nothing noble in being superior to your fellow man. True nobility is being superior to your former self”
*
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