Querido
Woody,
Ha
pasado sólo un año desde que nos encontramos en Paris. Recuerdo que aquella visita
agridulce, pero esperanzadora, me animó a aguardar nuestro próximo encuentro con
una renovada ilusión. Desgraciadamente, tu tour romano no ha colmado mis
expectativas.
Mucho
se ha hablado de tu hiperactividad fílmica. No quiero poner el dedo en la
llaga, pero tengo la impresión de que, como tu personaje en A
Roma con amor, un miedo irracional a la muerte, junto con una intuida (y
confirmada a lo largo de muchos films) neurosis insoportablemente rumiadora, hacen
que te embarques en un proyecto tras otro para mantener la mente ocupada, como
un ejercicio de autoterapia que muy pocas veces da buenos resultados,
creativamente hablando.
Me
duele decírtelo, pero Roma no te va, Woody. No conectas con el carácter mediterráneo,
o, simplemente, no le pones ganas, como ya demostraste en Vicky Cristina Barcelona. Aunque
la película no se hace tediosa en ningún momento e, incluso, arranque alguna
que otra sonrisa, la sensación final es la de haber asistido a un concierto con
los instrumentos descuidadamente desafinados.
De
tus cuatro episodios, tal vez el protagonizado por Jesse Eisenberg resulte el
mejor escrito, pero carece de tu ingenio y garra (además de ser profundamente
misógino) y no nos muestra nada nuevo que no nos hayas mostrado antes.
Tu
historia, por otra parte, es la más divertida y Alleniana. Nos dejamos llevar
porque la idea es ingeniosa y porque tus películas siempre ganan muchos enteros
cuando apareces tú, sin embargo, a base de escenas repetidas y alargadas en exceso
y un desenlace un poco torpe, esa idea brillante que tanto nos gustaba, se
acaba desinflando.
Roberto
Benigni, a priori, parece el actor ideal para encarnar a ese hombre gris y
anodino al que la fama sacude de repente. De nuevo, la idea nos seduce, pero no
su repetición ni la débil moraleja que la sostiene.
Sin
embargo, es en ese cuarto episodio (u homenaje felliniano, como seguro quieres
llamarlo), cuando la película más flaquea. Trasladar ciertas situaciones de confusiones
y enredos sexuales aderezadas con un sentido del humor muy made in sixties a los dos miles es un ejercicio arriesgado. En este
caso, querido Woody, y en mi modesta opinión, resulta de lo más fallido. Los
únicos que puedan encontrarle cierta gracia son los fans de la inefable Escenas
de matrimonio, el resto, sentimos cierta vergüenza ajena. Además,
algunos elementos sobran, desde la horrible música machacona (que, aún días
después no me puedo quitar de la cabeza) hasta el personaje de Penélope Cruz,
metido con calzador (¿por qué solo le das papeles de mediterránea desquiciada o
de prostituta?).
En
fin, Woody, espero no molestarte con el contenido de esta carta. La
familiaridad construida a lo largo de muchos años y títulos hace que eche mano
de cierta honestidad que no emplearía con cualquiera. Quiero que sepas, que, a
pesar de todo lo expresado en las líneas precedentes, sigo esperando rencontrarme
contigo en un entorno mucho más satisfactorio para ambos. Sigues siendo uno de
mis directores favoritos y mi fe en ti permanecerá incólume hasta el (lejano,
espero) día que decidas colgar la claqueta.
Atenta
y esperanzadoramente,
Alhy.
*
Suscribo, a mi pesar, esta carta al señor Allen. Sin ser tan horrenda como Vicky Cristina Barcelona, entra en la lista de las peores del director. Lo peor de la película (además de lo ya mencionado en tu carta):
ReplyDelete-el acento de Alcobendas que se le escapa de vez en cuando a Penélope (por qué se empeñan en contratar a actores de nacionalidad distinta a la de sus personajes? Es que no había ninguna actriz italiana que encajara en el papel?)
-el odioso personaje de Ellen Page. Nunca pensé que pudiera llegar a odiar a Juno!
Un abrazo otoñal :)
Hi, dear Bis!
DeleteGracias por tu post, once more.
¡Menos mal que lo has dicho tú! Me había mordido la lengua para que no me vinieran con el "ya está contraatacando la estudiante de italiano repelente". Yo comprendo que a oídos yankees o de lenguas no latinas, Pe suene convincente, pero para al resto de los mortales no nos convence como mujer made in Italy (Sergio Castellito también se afana en convencernos de que la chica parece 100% italiana en sus películas). Si no hay ni mimo en los pequeños detalles... en fin...
El personaje de Page no sólo es odioso, sino que entra en la cada vez mas larga lista de personajes profundamente misóginos salidos de la imaginación de Allen. Me llaman paranoica cuando lo comento, pero ¿qué ha sido de aquel tropel de mujeres fuertes, inteligentes y decididas como Annie Hall, Cecilia o Hannah and her sisters? ¡Que rabia, mon Dieu!
Otro abrazo cálido y con bufanda ***
Me ha gustado mucho tu carta, a pesar de que como digo en mi blog me resultó divertida a ratos, no puedo negar de que se trata de una obra menor del gran Woody. Por supuesto, me quedo con sus frases de guion, las mejores.
ReplyDeleteUn saludo y enhorabuena por el blog.
María José.
Blog Cine en conserva
¡Bienvenida a mi humilde morada, Maria José! ¡Muchisimas gracias por tu comentario! :)
DeleteSip, son sus ácidos comentarios en el episodio que protagoniza los que hacen casi digna a la película. Es una pena que el resto no haya estado a la altura.
Un saludo enorme y hasta pronto (espero) ***
Claro, volveré más veces a visitarte.
DeleteTe he añadido a mi blog roll :D
Hasta pronto!