C.C.Baxter siempre cena solo. Tras una larga jornada laboral, casi siempre le toca hacer "horas extra", asi que no le queda más remedio que llegar a su apartamento mucho más tarde de lo que le gustaría. Su rutina suele consistir en un plato de comida precocinada que degusta en el sofá y frente al televisor, mientras la publicidad frustra, una y otra vez, su intento de ver algún clásico del séptimo arte.
El que se ha convertido en el empleado más trepa y menos asertivo de una prestigiosa compañía de seguros de Manhattan, trata inútilmente de que este doméstico ritual enmascare o borre, en parte, el hecho de que, minutos antes, un par de desconocidos han practicado sexo en su propia casa. Qué extraño (e irónico) debe ser que el lugar en el que resulta menos posible escapar de la soledad, sea, al mismo tiempo, el “nido de amor” de otros.
Cuando Miss Kubelik rompe su rutina y le obliga a ejercer de enfermero, todo cambia. C.C.Baxter se olvida de la comida precocinada, el sofá y la televisión, y su robinsoniana cena pasa a convertirse en una velada con velas, comida casera y la mujer que ama.
Como plato principal, Baxter prepara un plato de pasta mientras canta alegremente y, en su entusiasmo juvenil, cuela los spaghetti con una raqueta de tenis. Ni siquiera le importa el hecho de que algunos rebeldes se le escurran, cayendo sobre la fregadera.
De alguna manera, este insólito colador acaba siendo una metáfora de la idiosincrasia de la pareja. Un objeto que parece ser fabricado para cumplir otra función, para resultar útil y mucho más práctico en otra parte, puede, no obstante, encajar y adaptarse mucho mejor a tus necesidades que el objeto que, originalmente, parecía diseñado para tal función. Miss Kubelik, por ejemplo, se había pasado toda la vida utilizando coladores convencionales... y sólo necesitaba encontrar su raqueta.
Todo esto ocurre en El Apartamento de Billy Wilder. Hay otras películas que me gustan tanto, pero ninguna me gusta más...
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Ésta escena es sublime.
ReplyDeleteHace unos días se cumplió el 10 aniversario de la muerte de Wilder y alguien retwiteo que para celebrarlo volvería a ver "El apartamento" esa noche, y volvería a preguntarse si era una comedia o un drama. La escena de la raqueta y tu texto me plantean la misma cuestión.
Una de mis películas favoritas.¿ Hubo algún actot sobre la faz de la tierra mejor que Jack Lemmon? Otra duda razonable.
Besos raqueteros.
La vi la semana pasada y me volví a maravillar con ella. Siempre creo que no puede gustarme más o que su guión dejará de alucinarme, pero me equivoco every time.
DeleteCreo que esta película fue la precursora del término "dramedy", porque no puede haber una película más agridulce. Creo que es uno de los motivos por los que es tan especial.
Lemmon siempre ha sido uno de mis favoritos. La corona actoral está muy repartida, pero a este simpatico actor le corresponde una buena porción ;)
¡Gracias por tu post, Héroe!
Kisses spaghetiles ***
Una de las mejores escenas de Wilder, de todo el género comedia y toda la historia del cine. Es imposible colar unos spaghettis sin recordar al pobre e inocente Baxter. ¡Qué película tan maravillosa! ¡Qué grande que era Jack Lemmon! Y nos preguntamos ¿Porqué ya no se hacen películas así?
ReplyDelete¡Saludos!
¡Gracias por pasar! :)
DeleteEs cierto que ya no se hacen películas así. Yo creo que se debe, en parte, a que por aquel entonces lo artístico tenía, al menos, el mismo peso que el factor comercial, cosa que ahora, tristemente, no ocurre. Además era otro momento en la historia del cine, mucho más creativo, más explorador, por asi decirlo. El cine de ahora es como un adulto apático que ha visto demasiados buenos puzzles completos y que cree que sólo puede jugar y crear con las piezas sueltas que ha tomado aquí y allá ;)
Un saludo cinéfilo ***
If you need me, whistle!
ReplyDeleteMaravilloso tu blog!!!!!!!!!!
Gracias por la valoración, Recomenzar. Se hace lo que se puede ;)
DeleteUn abrazo ***