Las
expectativas ante la sexta temporada de la serie más seguida del mundo llevaban
meses cociéndose a fuego a causa de dos hechos insólitos hasta la fecha:
estaría basada en material no publicado con anterioridad, adelantándose a Vientos
de invierno, el sexto y antepenúltimo volumen de la saga (poniendo al
mismo nivel de “no-tengo-ni-ideismo” al fan de la serie y al ávido lector de
las novelas); y resolvería el misterio
de la dolorosa desaparición de Jon Snow, uno de los personajes más queridos (¿e
imprescindibles?) de esta canción de hielo y fuego.
Aunque
nos encontramos en el ecuador de la sexta temporada y carecemos aún de
perspectiva para determinar si acabará siendo una de las más potentes de toda
la saga, lo que resulta innegable es que poseemos suficientes momentazos como
para contentar e ilusionar a todo tipo de fans. Y es que, si algo tiene Juego
de tronos (tal vez su mejor baza) es su capacidad para sorprender y
suscitar un amplio registro emocional en el espectador (lo que, en términos
vocales, la convertiría en la Maria Callas de las series). En un mismo
episodio, podemos pasar de la intriga a las lágrimas, haciendo un tour por el
horror y la alegría más genuinas. ¿Quién puede resistirse ante semejante chute
de emociones?
A
partir de aquí, y en orden de visionado, “Con spoilers y a lo loco”.
* Rescate femenino (y
feminista)
Tras
un breve y reconfortante abrazo, cuando parecía que todo se ponía más negro que
la boca de lobo huargo para Sansa y Theon (los dos personajes que, sin ningún
género de dudas, más han sufrido física y emocionalmente de los siete reinos),
una mujer, una maldita/puta mujer (dependiendo de la traducción), los rescata
de la ira y venganza de Ramsay Bolton, el mayor y más peligroso psicópata que
camina por Westeros. Después llegaría el emocionante juramento de lealtad de
Brienne “Badass” of Tarth y la promesa de que la suerte comenzaría, por fin, a
cambiar para la mayor de las hijas Stark.
*La sexy bruja de 400
años
Desconocemos
si será el misterioso collar o los efectos distractores de la magia negra, pero
la otrora segura y perversa (y exhibicionista) Melisandre, se ha despojado real
y metafóricamente de todas sus capas en una inolvidable y repelente escena,
para reducirse a una frágil, consumida y muy envejecida anciana de la friolera
de 400 años (no llega a los 969 de Matusalén, pero todo se andará). Además de
su muy escondida verdadera edad, hemos descubierto que la muy incauta duerme
desnuda ¡en el muro! (Death wish?). Si eso no es un síntoma de depresión
profunda, que vengan los dioses antiguos y los nuevos y lo vean.
*Tyrion: Father of
dragons?
Los
animalistas del mundo aún no le habíamos perdonado a la Khaleesi que tuviera un
estilo educativo punitivo y mantuviera a sus criaturas encadenadas y en la
oscuridad más absoluta (si eso es amor, ¿qué haría si le cayeran mal?). Así que, una vez más, es Tyrion el que coge el
rábano por las hojas e, imitando al actor que le da vida en sus campañas para
PETA, decide acabar con la muy evitable crueldad animal. Aterrorizado y
vulnerable, pero hablándoles de igual a igual, consigue, no sólo conectar
emocionalmente con las feroces criaturas, sino ganarse parcialmente su
confianza, y liberarlos. Esta escena contiene, además, un plus de emoción, ya
que podría ser una pista de los guionistas sobre una de las teorías más famosas
de la saga (aquella que asegura que Tyrion es, en realidad, un Targaryen y que
hay por ahí tres jinetes un “dragón con tres cabezas”). We’ll see…
*El edípico y carnívoro nuevo
Lord Bolton
Ya
es oficial: Ramsay se ha convertido en el personaje más inquietante de la
serie, ése cuya sola presencia suscita mal rollo haga lo que haga. Si creíamos
que su psicopatía había alcanzado un nuevo nivel al “regalar” la “buena carne”
de Myranda (la única persona que le despertaba alguna emoción de afecto), a sus
perros, el bastardo ha dado un doble paso más allá. Haciendo gala de un
carnivorismo rabioso, nos regala una relectura del complejo de Edipo asesinando
a su (odioso) padre para, ¿minutos? más tarde, entregar el cuerpo de Lady Walda
y su hermanastro recién nacido a sus hambrientos y (mal) entrenados canes
asesinos, sin siquiera pestañear ante los gritos desgarrados de súplica de una
y el llanto aterrorizado del otro (probablemente, la escena más desagradable y
espeluznante de toda la serie, lo cual es mucho decir). No me cansaré de
repetirlo: nada bueno puede salir de un carnívoro humano…
*Jon is alive, JON IS ALIVE!!!!
Much@s
ya lo hemos apuntado en nuestro calendario frikil: el día 1 de mayo es el nuevo
domingo de resurrección. Algunos lo sabían (cierto material en forma de futuras
escenas clave que circulaba por la red), y la mayoría lo sospechaba, pero tod@s
deseábamos verlo con nuestros emocionados ojos para seguir creyendo en la
humanidad. Y fueron las manos y las palabras de la bruja roja las que obraron
el milagro, sí, pero jamás habrían llegado a pronunciarse sin la petición y el
toque de confianza extra que le inyecta el siempre honorable caballero de la
cebolla (¡Loado sea Ser Davos!). Y ahora que se ha logrado lo imposible, las
expectativas por lo mucho que aportará Snow en el último tramo de este juego
tronil se han disparado más allá de los cuatro continentes. ¿Será realmente Azor
Ahai? ¿conoceremos la verdadera identidad de sus padres por fin?
*¡Reencuentro Stark!
Cuando
aún no nos habíamos recuperado del subidón del retorno de Jon Snow (Top 5, sin
duda, de toda la serie), nos sorprenden con otro momento larga y dolorosamente
postergado: el reencuentro entre dos hermanos Stark después de permanecer 6
intensísimas temporadas desperdigados por los siente continentes, sujetos a
(sádicas) fuerzas que escapan su control. La cara desencajada y anhelante de
Sansa (un rostro de alguien que ha pasado por el infierno y acaba de salir de
él) y la sorpresa conmovida beyond-words de Snow se funden en un abrazo que lo
expresa todo en el idioma universal. Y hay que tener la sangre de horchata para
no emocionarse como Eliot despidiéndose de E.T. ante semejante emotivo e
insólito momentazo.
*La lección a fuego de
Daenerys
En
un capitulo (el cuarto) lleno de muy agradecidas demostraciones de empowerment
femenino, la khaleesi demuestra, una vez más, por qué es LA queen. Sus dos
enamorados, Dario y Jorah, acuden a su rescate y tras una sesión muy bruta (muy
dothraki) de burlas, humillaciones y amenazas físicas varias, ella…. ¡se
rescata a si misma! (¿Dónde estaba Daenerys cuando a tod@s nos intoxicaban con
introyectos Disney de doncellas desvalidas cuyas vidas cobran sentido cuando
las rescata un hombre? ¿por qué ha tardado tanto?). Las llamas son su elemento
y su arma y las utiliza para arrasar contra la tiranía del patriarcado, el
sexismo y la masculinidad hegemónica, poniendo, de paso, a todo un pueblo a sus
pies. “Reinar” y “gobernar” también se conjugan en femenino y el mundo (el
creado por Martin y el nuestro) lo necesitan más que nunca. No es de extrañar
que fuera trending topic durante horas.
*Bran es marcado a hielo
La
trama de Bran ha pasado de ser la más aburrida, desaprovechada e insulta, a una
de las más emocionantes en esta sexta temporada. Todas sus escenas contienen
valiosísima información dispensada con cuentagotas y siempre nos dejan con
ganas de más. Junto a esta especie de padawan de Cuervo de Tres Ojos,
exploramos no sólo momentos clave del pasado, sino que descubrimos que Bran
tiene un poder activo en sus visiones y puede influir en los entornos en los
que se desplaza. No content@s con ver el origen de los caminantes blancos (en
una escena demasiado escueta y sosa, también hay que decirlo), observamos
aterrad@s como, en otro de sus viajes mentales, el rey de la noche agarra al
adolescente del brazo marcándolo (¿para siempre?). ¿Será este el equivalente a
decir “Volvemort” en el mundo potteril? ¿podrá escapar de su nueva condición de
GPS? Intrigue!
*Jorah sale del armario
“friend zone”
Cuando
tod@s pensábamos que el eternamente enamorado Mormont moriría de psoriagris (o
de cualquier otra cosa) o se autoinmolaría a los dioses antes que mostrarle a
su Khaleesi sus verdaderos sentimientos, éste, en plan “from lost to the river”
se arma de valor y le confiesa a la rubísima su amor eterno (“Tyrion tenía razón. Te quiero. Siempre te
querré. Adiós, Khaleesi”). Y ella, profundamente conmovida y entre
lágrimas, descubre que el otrora traidor Mormont es un “must” en su vida y sus
planes de reinad. En consecuencia, le ordena que se cure antes de regresar a su
lado (¿como alcalde de la zona de los amigos? Preguntaría Joey Tribbiani).
*¡‘Hodor’ era un
acrónimo!
La
intensa y dramática escena que cierra el quinto episodio suscita sentimientos
encontrados en el espectador. Por una parte, asienta nuevas líneas argumentales
y proporciona una cantidad de información valiosa sobre un misterio de la
serie, el del pasado del gran Hodor, pero, por otra, resulta demasiado
devastadora como para disfrutarla. Bran-cuervo-padawan con su recién
descubierto poder de ser actor de sus visiones, es el responsable de una
paradoja temporal que ha marcado-traumatizado-destrozado la vida de uno de los
personajes más “puros” y entrañables. En pleno ataque de los caminantes
blancos, Bran viaja al pasado e influye (entra) en el joven pre-Hodor, que no
puede evitar escuchar los gritos de Meera en el presente: “Hold the door!” dedicados al Hodor adulto. Ante la “visión” de su
futura muerte, el orondo adolescente entra en un estado de pánico-shock en el
que ya solo podrá repetir, una y otra vez, y durante el resto de su vida, esa
ya mítica frase hasta convertirla en acrónimo. Y mientras nuestro corazón se
encoje hasta tamaño bonsai, una vez más, ya sólo nos queda decir: G.G. Martin,
¿por qué eres tan cruel?
*
Dedicado
a Lady Stark, para que no olvide que siempre hay libélulas, linternas, e
incluso, rayos de sol precoces cuando “the
night is dark and full of terrors”.
*
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