La
decepción se había apoderado de hasta el fan más acérrim@ de Juego
de tronos. Tras los 5 notables primeros capítulos, el sexto, séptimo y
octavo, a pesar de brillantes pinceladas puntuales, resultaron preocupantemente
sosos, descafeinados y narrativamente insustanciales, concentrándose en tramas
secundarias o menos interesantes, incluyendo/alargando escenas prescindibles o
abusando de anticlimáticas elipsis. Sin embargo, y para alegría de tod@s, los
capítulos que han cerrado la irregular temporada, no sólo nos han hecho
olvidar, de un plumazo, el mal sabor de boca, sino que han superado, en todos
los niveles, tanto desde el punto de vista artístico como narrativo y argumental,
los mejores episodios de la serie. Si quedaba alguna duda de que GoT acusaba
signos de desgaste y no podía sorprender o reinventarse, se han disuelto por
completo. Ya solo nos queda soñar a lo Bran con visiones futuras. ¿Lo mejor
está por llegar? Repasemos,
spoiler alert mediante, los motivos que nos invitan a ilusionarnos:
Lyanna “Badass” Mormont
En
una temporada agradecidamente feminista, la guinda del pastel la ha puesto la
robaescenas instantánea (y prima de Jorah) Lyanna Mormont, esa niña
insultantemente autoritaria y precoz, capaz de infundir tanto respeto que, de
haber entrado en Hogwarts, ni el propio sombrero seleccionador se habría
atrevido a asignarle casa. Tras acceder casi a regañadientes (y Davos
mediante), a prestarles “4 soldaditos2 para la batalla bastardil, acaba por
deshacerse de sus recelos tras el resultado de la batalla, convirtiéndose en
pieza clave para el nombramiento de Snow como King in the north (y tan
convincente resulta la heredera de la isla del oso, que hay quien asegura que
habría votado por ella en las últimas elecciones). ¿Pura generosidad o será
que, además de todas las cualidades anteriores, la nena tiene buen gusto y sabe
distinguir un “husband material” en cuanto lo ve? Cuidadín, Jon, que la chica comparte
nombre con tu madre y puede no ser casualidad…
Volvieron de entre los muertos
Aunque
sepamos que en Juego de tronos ninguna muerte está confirmada hasta que veamos
al personaje en cuestión exhalar el último suspiro (y a veces ni eso), la
sorpresa fue mayúscula al descubrir al muy desaparecido tito Benjen,
rebautizado “Coldhands”, como rescatador de Bran y Meera. Ni vivo ni
completamente muerto y con una frialdad más propia de ultratumbra, Benjen
vuelve a desaparecer de nuestros ojos con la
misma rapidez y misterio con la que llegó. So soon? ¿Qué verso más
tendrá que aportar su condición híbrida al final de esta canción de hielo y
fuego?
Una
pequeña comunidad rural amish en plena naturaleza construyendo con sus propias
manos una iglesia de madera. ¿Único testigo? No, el retorno del
perro. Más manso por fuera, pero igual de rabioso por dentro (al odio pone por
testigo, a lo Scarlett O’Hara), encuentra finalmente su venganza/catarsis
masacrando a los malnacidos que asesinaron a los miembros de su pacifica
comunidad hippie. Pero el mocetón aún no ha descubierto su vocación/razón de existir,
así que aunque temporalmente camine al lado de otros, quién sabe adónde le acabará
llevando su olfato.
Edmure
Tully, por su parte, ha resucitado brevemente al mundo de la palabra (¿había
pronunciado alguna hasta la fecha? Debe ser que su doble personaje en Outlander
no le deja con energía para mucho más), en un espinoso y muy tenso dialogo en
el que, básicamente, le recriminaba a Jamie Lanister su aparente mejor (y más
identificativo) rasgo: “me duele la cara
de ser tan guapo”.
Los genes lobunos de Sansa
El
arco dramático de Sansa no tiene parangón en la saga de George R.R. Martin. De
uno de los personajes menos interesantes e insulsos, ha pasado a convertirse,
con permiso de Lyanna Mormont, en el mejor personaje femenino de la última
temporada. La mayor de las hijas Stark encarna a la perfección el arquetipo de
doncella inocente o Perséfone que es secuestrada de su mundo para ser sometida
al muy cruel Hades/Barbazul de turno, hasta que consigue escapar, pero que en
lugar de salir mortalmente herida/traumatizada de la durísima experiencia,
emerge como la mejor versión de sí misma (al fin y al cabo, los genes lobunos
Stark tarde o temprano tenían que expresarse). Sansa se ha convertido en toda
una lady in the north, fuerte y decidida, fiera e incluso vengativa cuando la
situación lo requiere, pero nunca cruel (o eso esperamos). Más astuta y mucho
mejor estratega (y psicóloga) que Jon, es la máxima responsable de la victoria
en la batalla de los bastardos y de que en Winterfell vuelva a ondear la
flamante bandera Stark (snif!). No está nada mal para la chica que comenzara pintando
corazones sobre los puntos de las íes y escribiendo Mrs Joffrey Baratheon
compulsivamente en todos sus cuadernos.
La sutil declaración de amor de Jaime a
Brienne
El
amor imposible o directamente no correspondido sigue estando muy in en los 7 reinos. Brienne, con su
sentido del honor y del deber y su eterna cruzada quijotesca, representa para
Jaime lo más valioso y puro que ha encontrado en su despiadado y amoral mundo.
La ama pero “no la merece”, es demasiado bad guy para ello (además, estar con
otra persona que no sea Cersei supera los límites de su imaginación), y ella,
por su parte, tiene muchos motivos de peso para escudarse en su armadura. Por
eso resulta tan emocionante reecontrarnos con su eterna tensión sexual no
resuelta en Riverlands. Cuando ella aprovecha para devolverle su espada, él
contesta: “Keep it. It’s yours. It’s always been yours”. Lo que viene a decir
“Quédate mi corazón, es tuyo”. Ains…
Arya
Terminator
La sosa, irregular y aburrida (para qué
negarlo) subtrama de Arya de la secta cambia-rostros dio un interesante giro
que provocó que tod@s l@s fans contuviesen el aliento: Arya había sido
apuñalada por la puñetera chica Terminator. La sangré llegó al rio, pero la
pequeña y luchadora Stark, demostrando una fortaleza y capacidad de
recuperación wolverinesca, consiguió sanar sus heridas antes de que la cyborg
contraatacara (¿un día después?). Y en una carrera-persecución digna de la saga
de James Cameron, con miradas de acero, movimientos de cuello robotiles y
salpicada, incluso, de un homenaje a El padrino (esas naranjas tiradas accidentalmente
por el suelo NO pueden ser casualidad), culmina con una de las muertes-elipsis
más insatisfactorias de la serie. Y cuando Arya se rebautiza de nuevo y
abandona a los hombres sin rostro, vemos una sonrisa a lo “misión cumplida” en Jaqen
H'ghar. Con los deberes hechos y sin ninguna de sus responsabilidades, Arya
está lista para convertirse en la Terminator de su propia lista, pero lo
escalofriante y preocupante de su misión es que todo apunta a que va a
disfrutar de ello con una fiereza caníbal. Miedor.
Dragon Drogon Dragon
Los
hijos pródigos de la Khaleesi han vuelto y son más grandes, más espectaculares
y más fieros que nunca. Tras hacer las paces con su mamma humana (tal vez,
simplemente, la echaban de menos), han decidido volver a casita para ayudarla
en su misión de conquistar del trono de hierro. Y, como se puede comprobar, no
le ponen pegas a nada. Si hay que hacer ejércitos o flotas humanas a la
barbacoa, se hacen (sin degustarlas después, eso sí). Pero el plano estrella
que nos han regalado está temporada no pertenece a ningún reencuentro ni a
ningún ataque mortal. Ver volar a los 3 dragones sobre la muy generosa flota de
Daenerys (con la presencia de barcos con las banderas de las casas Martell y
Tyrell, lo cual explicaría la “ubicuidad” de Varys), en el genial plano final
que cierra la sexta temporada pone los hairs like escarpias al/a más dragofobic@
(¡y esa B.S.O!).
La batalla bastardil
Aunque
narrativa y argumentalmente el capítulo 10, Winds
of winter, sea irreprochable y absolutamente redondo, la batalla de los
bastardos es puro Eau de trônes. Una épica
batalla de una calidad técnica y artística sin precedentes en televisión, rodada
con tanto esmero y adrenalínica inmersión, que la única pega/frustración del/a
espectador/a es no haberla podido disfrutar en pantalla grande. Resulta imposible
que sus momentazos no formen ya parte de la memoria colectiva del fan. Aunque
su guión resultaba completamente predecible (sabíamos que Jon no moriría, que
Rickon no tenía ninguna posibilidad y que Sansa tenía un as en la manga), el potente
cómo logró agarrarnos por el cuello e impedirnos respirar durante una hora.
¿Qué escena escoger? ¿El sádico asesinato a traición del incauto Rickon? ¿el
feeling estrangulador de derrota inminente? ¿la casi muerte por asfixia del
admirable Jon Snow? ¿el brillante rescate in the last minute de la gran estratega
Sansa? ¿o la emotiva muerte del Wun Wun, el último gigante? Yo,
particularmente, me quedo con el espectacular plano de espaldas de Jon frente a
un implacable ejército en marcha y la bandera Stark reconquistando Winterfell.
Wow!
La redonda muerte de Ramsay
Todos
deseábamos asesinar con nuestras propias manos al psicópata de Ramsay Bolton (incluso
el propio actor admitió que su personaje debía morir de una forma lenta y
dolorosa) y Snow estuvo a punto de saborear ese vengativo placer, a base de
catárticos mamporros, pero sabía que había otra persona en los 7 reinos que
merecía y a la que le correspondía mucho más ejercer de verdugo: su prima-hermana
Sansa (inspirado discurso included). Y es que su escalofriante muerte sólo
podría haber sido más poéticamente justa si además de Sansa, Theon hubiera
azuzado a esos maleducados (por él) canes hambrientos. Sin embargo, con su
partida perdemos a un actorazo y uno de los mejores y más despreciables villanos
que nos ha dado la serie. It’s a god-eat-dog world.
La venganza valiria de Cersei
Que
sí, que la trama de la rubísima Lannister parecía a punto de expirar. Con todo
en su contra, un juicio pendiente y cada vez más sola y vulnerable, ¿qué más
podía aportar a la saga? Sin embargo, una vez más, la ficción de Martin nos
noquea recordándonos que en Westeros las cosas nunca son lo que parecen. Aunque
su padre Tywin le dijo en alguna ocasión que no era tan inteligente como ella
pensaba, en una jugada maestra, Cersei ha planeado y ejecutado un brutal jaque
mate, mientras sus enemig@s la habían relegado al margen del tablero. Es muy
Lannister recurrir al fuego valirio y con este ha quemado, de un plumazo, todos
los obstáculos que le impedían ser libre
para ejercer el poder. No obstante, hay una variable que se le escapó en su
experimento: el suicidio de su hijo Tommen. Y sentada en el trono de hierro, sin
nada que la modere e humanice, puede convertirse en la más peligrosa, inestable
e impredecible de las villanas. Su hermano lo sabe. ¿Se cumplirá la profecía de
la infancia de Cersei? ¿Tendrá que recurrir Jaime, por el bien de tod@s, a su
desafortunado apodo de nuevo?
Nombramientos reales (the King in the north and the hand of the queen)
Aunque
habíamos escuchado corear eso de “the
king in the north!” antes, nunca hasta ahora había sonado tan sincero,
emocionante y unánime (y resulta aún más rotundo cuando la idea proviene de una
niña de 10 años). Marginado y ninguneado durante toda su vida por su condición
de bastardo y con tantas buenas aptitudes, ¿existe alguien que se lo merezca
más? Jon es el Aragorn de la canción de hielo y fuego, el héroe íntegro,
valiente y humilde que no busca la gloria, pero que, por cualidades y herencia,
se ve irremediablemente empujado a la grandeza, incluso a su pesar. Ante la
inquietante y desaprobadora mirada de Little Finger/Meñique, Sansa teme por el
futuro de su hermano, cuyo nombramiento aprueba y aplaude, pero quién sabe si
en el futuro, celosa del nuevo cargo de este (una posición que le
correspondería a ella por su condición de hija legítima de los Stark), no acabe
traicionándolo (in)conscientemente. Crucemos los otros fingers para que no sea
así…
Quién
ha visto a Tyrion y quién lo ve. No sólo asegura que se ha deshecho de su
cinismo para creer en algo/alguien o una causa mayor que el mismo (y su plan de
negocios viniles), sino que no le cabe la emoción y el orgullo en el pecho
cuando la Khaleesi le coloca “el pin” de mano de la reina. Obviamente, ambos
confían y se apoyan el uno en el otro, y también, y aún más obviamente, el
pequeño de los Lannister ha ingresado en el puesto que dejó vacante Jorah a
todos los niveles: la friend zone. “Muchos
te han amado y te amarán” asegura cuando Dany abandona a Daario Naharis,
pero en realidad, le está diciendo “yo soy uno de ellos”. Poor Tyrion L
Introducing Jon (Stark) Targaryen
¡Por
fin se ha confirmado la famosérrima teoría fan R+L=J! No veíamos la hora de que
Bran subiera a la dichosa torre de la alegría y nos diera la ídem con este
esperadísimo e interesante giro (y secreto mejor guardado de la serie). Aunque
se omite intencionadamente el nombre del padre, la HBO lo ha confirmado con
esta infografía: Jon Snow es hijo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen, lo que
significa que no solo no es un bastardo, sino que ser el hijo del antiguo rey
el convertiría, con permiso de su tía Daenerys, en el heredero más directo del
trono de hierro y potencial Azor Ahai.
Y
es que de acuerdo a la mitología de GoT, Azor Ahai fue un héroe que detuvo hace
más de 5.000 años la previa invasión de los white walkers, haciendo uso de una
espada de fuego llamada Dueña de Luz (Lightbringer), que forjó atravesando el
corazón de su verdadero amor, una mujer llamada Nissa Nissa. Los seguidores del
Señor de la Luz creen que este mítico personaje volverá a la vida tras un largo
verano, cuando la oscuridad se extienda nuevamente sobre el mundo (es decir,
cuando los white walkers ataquen los Seven Kingdoms). En palabras de Rhaegar
Targaryen “la suya es la canción de hielo y fuego”.
¿Qué
condiciones tiene que cumplir la reencarnación de Azor Ahai? Veamos: Tener
sangre de dragón, Haber nacido entre el humo y la sal, Haber nacido bajo una
estrella que sangre, Haber despertado dragones de la piedra, Levantar Dueña de
la Luz de las llamas y realizar un sacrificio. Aunque nos falte algún punto de
la lista, ante tanta evidencia, ¿existe alguien que aún crea que Jon no es el
elegido?
Juego
de tronos nunca nos había regalado un final de temporada semejante. No sólo por
su calidad y por el hecho de haber dejado todas las plot lines atadas, sino
porque, por primera vez, todos nuestros personajes favoritos están sanos y
salvos y su futuro se presenta emocionante y esperanzador. ¿Confirmarán los 13
capítulos restantes que nos encontramos ante la serie más feminista de la
historia? ¿podrá nuestro fan side soportarlo sin morir en el intento? Para ir
haciendo boca, marchando una de teorías frikiles para l@s más impacientes:
Y
ya, sin más dilación, toca, con mucha tristeza, abandonar Westeros. Que los
dioses antiguos y los nuevos os protejan hasta la séptima temporada ;)
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